El pasado 25 de septiembre miles de personas acudieron a los
alrededores del Congreso para exigir la dimisión del Gobierno y el inicio de un
proceso constituyente. La iniciativa, que reunía a unas 6.000 personas según
los datos de la Delegación del Gobierno en Madrid, se preveía como una protesta
pacífica aunque la tensión entre asistentes y policías fue subiendo y acabó con
varias cargas.
A partir de las 19:00,
cuando se produjo la primera carga policial, se alternaron momentos de tranquilidad
y caos entre los que destaca el intento de dispersar por la fuerza a los
manifestantes por parte de los antidisturbios. Tras horas de tensión y tras
sufrir violentas cargas policiales que ascendieron el número de heridos a 32,
miles de manifestantes se dirigieron hacia la puerta del Sol y Atocha. Allí , sobre
las 22:30 de la noche, los policías volvieron a cargar contra los asistentes en
enfrentamientos que llegaron incluso hasta los andenes de la estación.
Los convocantes, la Coordinadora 25-S y ¡En pie!, denunciaron
el intento de criminalizar a los asistentes y dejaron claro que la intención de los allí
reunidos no era tomar el Congreso por la fuerza sino rodearlo en un acto de desobediencia
civil no violento.
En lo que se refiere al Congreso de los Diputados, éste se
desarrolló sin incidentes y con la asistencia de 50 de los 350 diputados que
pudieron abandonar sobre las once de la noche el palacio gracias a un camino
alternativo facilitado por la policía.
Repercusión
internacional
La protestas ante el Congreso fue seguida por varios medios
internacionales y se convirtió en una de las noticias más destacadas de medios
como "Le Monde" y la BBC. El famoso diario francés se centró en los
enfrentamientos entre manifestantes y policías y destacó las provocaciones de
estos últimos así como el gran esfuerzo de seguridad para impedir que los
concentrados pudiesen acceder al hemiciclo.
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